Nota del editor: Puedes leer la versión en ingles de este artículo aquí.

Traducción de Skyler Halopoff

El Centro de Recreación de Colorado State University es un ecosistema atestado. Entre todo el equipo, las canchas de basquetbol y el muro de piedra interior, The Rec tiene algo para todos. Insertada dentro de esta empresa hay una gema escondida de 25 clases grupales separadas.

Estas clases generalmente duran casi una hora con un enfoque en crear un ambiente grupal de entre 10-30 participantes. Tienen una variedad amplia de propósitos, desde la relajación hasta la fuerza o el cardio. Para mi primera clase grupal, metí mi dedo en el mundo del kickboxing.

El grupo de 11 con el que participaba tuvo una combinación saludable de recién llegados y los que habían tomado la clase. Pero todavía con todas las caras nuevas, el estudio
inmediatamente daba la bienvenida con luz tibia y decoración minimalista. De resultado, todos inmediatamente se involucraron con la clase.

La rutina fue una mezcla única de ejercicios que abordaron los elementos básicos de
kickboxing junto con movimientos asociados para aumentar el ritmo cardiaco. La clase cambia constantemente entre lanzar patadas, pinchas y ganchos, a saltos, parados a tope y tirones de rodillas.

Sentí que me desafiaba constantemente por los movimientos rápidos para seguir el ritmo y trabajar mis diferentes grupos de músculos. Sin embargo, se repitieron estas actividades muchas veces, lo que creaba un sentido de comodidad y memoria de músculos para algunas de las actividades que no era tan familiares.

La memoria de mis músculos era muy valiosa, ya que era una sesión de cardio muy intensa que duró 45 minutos. La música rápida junto con los movimientos rápidos me dieron un sentido incrementado de adrenalina y me propulsó para dale todo. Por suerte, esta clase, junto con muchas otras, ofrece variaciones en los ejercicios, que les dan permiso a los individuos a descontrolar su propia intensidad para crear un ejercicio perfecto para su cuerpo.

Pero, lo que en realidad crea clases tan encantadoras son los instructores. Las personas con quien hablé dijeron que inmediatamente se sentían en un ambiente seguro y alentador por los esfuerzos el instructor.

Estos individuos no están enseñando por un sueldo grande o un estatus elevado; simplemente hacen esto porque aman la aptitud física y quieren extender este amor a lo largo de todo el campus.

Uno de los aspectos más notables sobre la clase es el hecho de que además de mí, el resto de los participantes eran mujeres. Cuando hablé con la instructora, explicó que esto es un tema común a lo largo de las clases grupales. Además, cuando hay hombres que toman una clase, usualmente salen después de una sesión.

Mi creencia es que estas clases no son para géneros específicos, entonces recomendaría esta experiencia a todos del campus como es una manera única para conocer a más personas e intentar algo nuevo. Hay suficientes sesiones, tiempos y clases para acomodar a todos los que tengan interés.

Si te aburres y buscas algo que hacer, quieres hacer ejercicios o encontrar amigos nuevos, apuntarte para una clase grupal en el Centro de Recreación de CSU.

Puede contactar a Dylan Heinrich por sports@collegian.com o en Twitter @dylanheinrick.